sábado, 5 de abril de 2008

El juzgado de Emilio

http://www.youtube.com/watch?v=H8egWOrh5Zw
http://www.youtube.com/watch?v=VlyZOE0FPLM
http://www.youtube.com/watch?v=qfBjeR0905I
http://www.youtube.com/watch?v=c8XW7Ps6yIs

Tiene fama de ser un juez blando, como podría deducirse por sus sentencias más famosas, pero los que le conocen bien afirman que es muy riguroso aunque compasivo y complaciente. Se llama Emilio Calatayud y es el titular del Juzgado de Menores número 1 de Granada. Línea 900 ha sido durante una semana la sombra de Emilio Calatayud, el juez que condena a algunos menores a aprender a leer y escribir. El programa ha estado en su casa, en su juzgado y en sus charlas a padres y educadores. Hemos seguido a algunos menores que están en libertad vigilada o haciendo una prestación social; a otros que ya cumplieron su condena e incluso a los que permanecen encerrados en un centro de reforma. Porque aunque sea más conocido por dictar sentencias ejemplares, a Emilio Calatayud no le tiembla el pulso a la hora de mandar a la cárcel a los que han cometido delitos graves. El juzgado de Emilio es un buen termómetro para tomar la temperatura social de nuestro país. En apenas 20 años no solamente han cambiado los menores y sus hábitos, han cambiado también las familias, los colegios y la sociedad en general. Los casi mil casos que se ven al año en este Juzgado son todo un repertorio de formas y comportamientos de nuestros menores. Más del 80 por ciento de las sentencias llevan aparejadas medidas de reinserción escolar o laboral. Se trata de delitos menores o faltas menos graves. Errores, como los califica el propio juez. Lo de siempre. Lo que sí que está cambiando y a toda velocidad es el tipo de delito y el extracto social de los menores delincuentes. Cada semana Emilio Calatayud tiene que juzgar a una media de tres niños que maltratan y agraden a su propia familia. Una falta o un delito que parece haberse instalado entre las clases medias y medias altas. Con todo, Emilio Calatayud puede presumir de un altísimo porcentaje de éxito en las reinserciones: más del 80 por ciento. La Ley del Menor de 2001 que elevó la edad penal del menor hasta los 18 años y que permitió excarcelar a muchos chicos de momento sólo ha traído más trabajo a los juzgados de menores. En este sentido Emilio Calatayud apura la ley para que los que se vean privados de libertad habiendo cometido el delito como menores no tengan que ingresar nunca en una cárcel de mayores.

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